En Santiago se realizó la vigésima tercera versión de la Feria Internacional del Aire y el Espacio (FIDAE), que del 09 al 14 de abril dio a conocer lo más relevante de la tecnología aeroespacial y de defensa en Chile y el extranjero.

La Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (FCFM) estuvo presente en esta cumbre, con la participación de su Programa Espacial, integrado por el Centro Regional Copernicus, del Centro de Modelamiento Matemático (CMM); El Laboratorio de Exploración Espacial y Planetaria (SPEL, por sus siglas en inglés) y el Programa Riesgo Sísmico (PRS).

“El Programa Espacial es una iniciativa que desarrolla y promueve la investigación científica y tecnológica en el ámbito espacial. Entre las actividades que realiza, se encuentra la investigación en ciencias espaciales, el desarrollo de construcción y lanzamiento de satélites, la formación de recursos humanos especializados en tecnología espacial, la divulgación científica y la colaboración con otras instituciones nacionales e internacionales”, indica Carlos Muñoz, Coordinador de Vinculación con el Medio de la FCFM.

Durante la realización de este evento, el PRS presentó sus innovaciones en el campo de la tecnología satelital utilizada para el monitoreo y detección sísmica, que consisten en investigaciones, aplicaciones y programas de transferencia tecnológica.

“La vigilancia de las geo-amenazas del contexto andino permite determinar acciones preventivas o de alerta para salvaguardar la vida humana, los bienes y la infraestructura crítica. En ese sentido, la tecnología satelital ha sido clave debido a su gran cobertura espacial y temporal”, explica Jaime Campos, director del PRS.

Estos datos satelitales han sido de gran importancia para realizar reconstrucciones detalladas de catástrofes pasadas, como terremotos, tsunamis, remociones en masa, inundaciones, entre otros, como también para analizar y vigilar continuamente zonas sensibles en busca de posibles riesgos geológicos.

Lo anterior se realiza a través de instrumentos como GNSS (Sistema Global de Navegación por Satélite) para la medición de terremotos o también con imágenes de InSAR, “que permiten medir el mismo tipo de movimiento de la superficie terrestre, pero a una escala arial mucho más grande”, comenta Francisco Delgado, investigador del Programa.

De hecho –puntualiza el profesor Campos–, el terremoto de Antofagasta M8.1 (1995) fue el primer gran terremoto de subducción en ser estudiado simultáneamente con datos satelitales y estaciones sismológicas en tierra, lo que permitió dar un paso clave en la comprensión de los procesos de deformación de la corteza involucrados en la zona epicentral antes, durante y después de un gran terremoto de subducción. Asimismo, el estudio del megaterremoto M8.8 de Maule (2010) a través de esta tecnología, detectó el mismo patrón de deformación de la corteza epicentral.

“Todos estos resultados revelan la importancia de estas tecnologías satelitales para la detección de zonas de amenaza sísmica, innovaciones que en nuestro país partieron en los Departamentos de Geofísica y Geología de la Universidad de Chile, y que tuvimos la oportunidad de presentar en la nueva versión de la FIDAE”, concluye el académico.

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