¿Por qué a veces creemos que un terremoto de igual magnitud se siente “más fuerte” en una zona que en otra? Esta creencia en realidad tiene bastante asidero, debido al fenómeno del “efecto de sitio”, o “de amplificación local”. En esta entrevista, el académico del Departamento de Ingeniería Civil, César Pastén, ahonda en este concepto, sus implicancias, y revela en qué lugares de Chile y en qué comunas de Santiago podría afectar más la calidad del suelo a la hora de percibir un sismo.
Esta conversación se realizó en el contexto del conversatorio «Efecto de sitio: planificación, construcción y uso del suelo», organizado por el Programa Riesgo Sísmico de la Universidad de Chile, que contó además con la participación de Claudia Galaz, Jefa de la Comisión de RRD del MINVU; Ramón Verdugo, ingeniero geotécnico y Alejandra Serey, presidenta de ACHIGEO y geóloga de la Universidad de Chile.




¿A qué nos referimos cuando hablamos del “efecto de sitio”?
Los efectos de sitio se refieren a la modificación de la intensidad del movimiento sísmico que se experimenta en un suelo o en la superficie de un suelo cuando ocurre un terremoto. Este fenómeno ocurre cuando las ondas sísmicas que se generan al momento de producirse un terremoto viajan a través de la corteza terrestre hasta llegar a los lugares donde se han depositado distintos tipos de suelo.
Al atravesar por los suelos más superficiales, estas ondas sísmicas se modifican, tanto en frecuencia, intensidad y duración, de tal manera que para una persona que está viviendo un terremoto sobre estos depósitos de suelo en la superficie, el movimiento parece ser distinto al que podría sentirse en otros lugares. Entonces, esta persona podría sentir movimientos de suelo que son de mayor intensidad y, de la misma manera, esos mismos movimientos intensos pueden afectar a la estructura, generando eventualmente daños.
¿Qué características permiten saber que se trata de este fenómeno?
Por ejemplo, qué tan rígidos sean los suelos en las ciudades donde se producen; también del espesor que tengan estos sedimentos, de la geometría que pueda tener el basamento rocoso que está bajo el suelo o eventuales efectos de topografía superficial. Cualquier factor geométrico que pueda observarse en la superficie puede generar efectos de sitio.
¿Hay algún terremoto en Chile que se haya visto magnificado debido al efecto de sitio?
En la ciudad de Valdivia, 1960, se habían evidenciado algunos efectos de sitio que, en términos simples, correspondían a lugares donde el movimiento sísmico se vio más fuerte que en otros lugares. De todas maneras, el término como tal no estaba acuñado en ese entonces.
Más hacia el terremoto de 1985 en Valparaíso, se empezó a evidenciar más claramente este fenómeno, especialmente en la ciudad de Santiago. Hay varios estudios que fueron encabezados por el profesor Maximiliano Astroza, del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, que ya dan cuenta de que dentro de la misma ciudad de Santiago, en distintas zonas que estaban ubicadas a distancias epicentrales similares, habían sectores donde los daños eran más graves que en otros.
También en las ciudades costeras, por ejemplo en el caso de Viña del Mar, se evidenciaron daños en edificios, en estructuras que estaban controladas muchas veces por el espesor de los sedimentos, de arena en este caso, y la profundidad del basamento rocoso.
Por último, está el terremoto más grande en Chile en los últimos años, del Maule del 2010. Nuevamente, estudios confirman que tanto en la ciudad de Santiago como en otras ciudades de Chile, en aquellos lugares donde habían suelos de menores competencias geotécnicas, se experimentó daño mayor que en otros sectores.
¿Cuáles serían las zonas de más riesgo?
Las zonas que son más vulnerables a experimentar este tipo de fenómenos son las que están hacia el norte de la cuenca de Santiago, como las comunas de Huechuraba, Quilicura, Lampa, porque en esos sectores los sedimentos tienen menor rigidez que otros lugares más hacia el centro de la cuenca, como Estación Central, Providencia, Ñuñoa o Santiago Centro.
Si tú te vas hacia el norte, los suelos ya comienzan a ser un poco más “blandos”. Los sectores donde se encuentran suelos arenosos saturados, y volvemos al caso de Viña del Mar, también podrían ser susceptibles. En la ciudad de Concepción, muchos de los depósitos arenosos del río Bíobio, que se encuentran saturados también, podrían experimentar fenómenos de amplificación local, junto también con otros fenómenos.
Por ejemplo, si te mueves hacia el norte de Chile, algunas las ciudades están fundadas principalmente en suelos que son de mejor competencia geotécnica. En cambio, los suelos costeros, como en La Serena o Coquimbo, tienen estas mismas características de arenosos saturados, entonces también podrían tener efectos de amplificación local.
¿Cómo incorporar el factor efecto de sitio para reducir los riesgos de desastres producidos por terremotos?
Una forma bien concreta, por ejemplo, es identificarlos para poder incorporarlos en los planes reguladores comunales. Es decir, reconocer las zonas que son susceptibles, y recomendar desde un punto de vista del diseño y la construcción de estructura, ya sea construir con ciertas precauciones, o lisa y llanamente, no construir en algunos sectores.
Otro aspecto es que muchas muchas ciudades están creciendo a una tasa bastante acelerada, y muchas veces en suelos más vulnerables a experimentar la amplificación local. Por lo tanto, tenemos que seguir construyendo conocimientos para establecer cuáles podrían ser las zonas más riesgosas.
Además, el Departamento de Ingeniería Civil tiene un área de estructuras geotécnicas que colabora muy estrechamente con los departamentos de Geofísica o Geología, para desarrollar metodologías no invasivas que permitan identificar cuáles son los sitios más propensos. Esta información después la analizan los ingenieros/as sísmicos para establecer cuáles van a ser las demandas sísmicas adicionales que hay que considerar. Finalmente, todos estos datos los recogen los ingenieros/as estructurales para hacer mejores diseños.