James Gilliss escribe: “Los instrumentos para medir la dirección y violencia comparativa de los sismos, que trajimos con nosotros, han fallado en registrar los sismos previos; en diciembre, mandé a hacer un péndulo de 9 pies y 10 pulgadas con una bola de plomo y un cable delgado de plata, y se suspendió de un trípode”.