La importancia de seguir reflexionando y dialogando sobre el Riesgo de desastres, y cómo nos hacernos cargo de éste, entre las y los diferentes actores sociales, nos convoca entonces a participar de un proyecto académico transdisciplinario, radicalmente nuevo, para desarrollar los saberes y las técnicas necesarias para una construcción de país sustentable. Del mismo modo, dejamos desde ya la puerta abierta a aquellas instituciones, organizaciones o personas que quieran ser participes de esta construcción colectiva urgente.
Los tiempos actuales nos imponen y enfrentan a problemas y desafíos que no tienen parangón alguno con aquellos conocidos y afrontados durante la centuria inmediatamente pasada.
Chile, por sus características geográficas en el contexto andino, es un país particularmente expuesto a múltiples amenazas, que se destacan tanto por su frecuencia, intensidad, simultaneidad y la relación que entre ellos se produce, lo que genera efectos en cadena. Por ejemplo, los terremotos pueden causar otros procesos geofísicos como tsunamis, aluviones, deslizamientos, avalanchas, lo que repercute asimismo en consecuencias socionaturales (damnificados, destrucción de ciudades, desplazamientos forzados, etc) y económicas.
El aumento del impacto de los desastres y la complejidad de los procesos que a raíz de ellos se generan, nos confrontan con desafíos tanto científicos como sociales que requieren nuevos y originales puntos de vista que aborden el problema en su complejidad y que nos invitan a arriesgarnos a nuevas s miradas disciplinares para una construcción más completa del conocimiento.
El contexto andino es un relieve caracterizado por un salto de 13 km, el más importante en el planeta. Se relaciona directamente con las formas que habitamos nuestro territorio, con una geomorfología gobernada por el proceso de la subducción, y con procesos geofísicos de gran intensidad como los terremotos de subducción -por ejemplo, el megaterremoto de Valdivia de 1960-, o erupciones volcánicas dentro de las mayores del mundo -por ejemplo, la erupción del volcán Hudson de 1991.
Estos fenómenos complejos necesitan entonces un mayor conocimiento para entender sus variaciones y desarrollar técnicas y herramientas para la toma de decisiones que integren la reducción del riesgo de desastres socionaturales. Por ejemplo, la importancia de los terremotos corticales (aquellos generados en fallas geológicas sísmicamente activas, a pocos kilómetros de profundidad, con magnitudes menores a nuestros grandes terremotos de subducción, pero con intensidades y daños potencialmente mayores), o defenómenos geofísicos poco explorados —como el tsunami de fiordo de Aysén en 2007— los cuales, aún no se han traducido en medidas. Esto a pesar de reconocer que evidenciamos en Chile la presencia de fallas tectónicas y terremotos corticales y que éstos han sido sumamente destructivos en otras partes del mundo, por ejemplo en las secuencias sísmicas de Italia de 2016 y 2017, con considerables destrucciones en las localidades de Amattrice o Ischia.
Por otro lado, estos fenómenos recurrentes pautean nuestro desarrollo como país. Terremotos, erupciones volcánicas, aluviones, remociones en masa y tsunamis, no sólo generan muertes y daños que impactan el desarrollo social y económico (la atención a la emergencia ante desastre representa entre 1 y 2% del PIB nacional) sino que han influido en leyes e instituciones. Recordemos, por ejemplo, que la creación de la Corporación de Fomento a la Producción (CORFO) es impulsada como gesto de Estado luego de las terribles consecuencias del terremoto de Chillán de 1939. Sin embargo, a pesar de la notoriedad y gravedad del impacto de los desastres, con componentes naturales y otros sociales, aún carecemos de una institucionalidad del conocimiento que permita una toma de decisiones basada en información. Para ello, necesitamos garantizar la generación de datos que identifiquen y caractericen las geo-amenazas en todo el territorio, su disponibilidad y distribución, contar con adecuados controles de calidad de los mismos, y finalmente generar la información pertinente y útil para las políticas públicas y los tomadores de decisiones.
Los compromisos asumidos por el Estado de Chile, a través de la suscripción a los principios del “Marco de Acción de Hyogo 2005-2015” y luego del “Marco de Acción de Sendai 2015-2030”, la dictación de un Plan Nacional de de Protección Civil, la creación de una Plataforma Nacional para la la Reducción del Riesgo de Desastres, la elaboración de una Estrategia Nacional para la Reducción de Riesgos de Desastres y la discusión en torno a una nueva institucionalidad en Reducción de Riesgos de Desastres, nos exhorta como Academia a lo menos a sentarnos y discutir acerca de los alcances del concepto de Riesgo, sobretodo por sus consecuencias en las políticas públicas.
Así, la identificación y caracterización los nuevos Riesgos nos exhortan a pensar “nuevas formas de gobernanza” que trasciendan las limitaciones funcionales y las fronteras territoriales de la tradicional forma del “Estado-Nación”.
- Teoría del riesgo socionatural.
- Gobernanza e institucionalidad del riesgo.
- Desastres socionaturales y responsabilidad del Estado.
- Vulnerabilidades territoriales, energéticas y desastres socionaturales.
- Resiliencia urbana y políticas públicas territoriales en contextos de desastres socionaturales.